No habría sido el primer acto de contrición del futbolista, que ha vivido con anterioridad alguna otra situación de indisciplina. Su alimentación también obligó a adoptar alguna medida para corregir determinados hábitos que no parecían los más adecuados. Estuvo nueve temporadas en el Torrelodones hasta que en 2013 recibió la llamada del Espanyol. Hasta ahora, no se ha arrepentido públicamente de lucir la camiseta de un rival.
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