Si encima la lucen jugadores que rebosan carisma como Aubameyang, el éxito está servido. Pero fue curiosamente el fútbol, un deporte que había tenido un peso residual en Nike debido al poco calado de éste entre el público estadounidense, el que daría a la compañía el salto definitivo. Desconfía de aquel a quien no le gusten las camisetas del West Ham.
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