Cuenta Luc Lesénécal, presidente de la firma desde 2013, que todo empezó con «unos jerséis con un tricotaje de lana muy apretado que los hacía casi impermeables para proteger a los marinos de las tempestades, y unos años más tarde llegaron las marinières (camisetas de rayas marineras) de algodón». Esos jerséis de lana, curiosamente, pasaron a llamarse pronto chandail, porque entre campaña y campaña de pesca los marineros viajaban al sur de Inglaterra a vender ajos, y para hacerlo gritan «Marchand d’ail!
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